He querido recoger hoy unas recientes declaraciones realizadas por el presidente de la República Francesa, Nicolás Sarkozy, referidas a la política migratoria futura de su país. Aunque es importante destacar el contexto electoral en el que se enmarcan estas palabras, no es menos cierto que se echan de menos en estos momentos opiniones más responsables y honestas de los principales mandatarios políticos europeos sobre el proceso migratorio contemporáneo. Y menos desde un país, cuna de la libertad, que cuenta con una experiencia migratoria importante.
El presidente francés, Nicolas
Sarkozy, ha asegurado en un debate televisado que hay demasiados extranjeros en
Francia y se ha comprometido a reducir la cifra a cerca de la mitad si es
reelegido.
"Considero que para que
se den buenas condiciones para la integración, debemos reducir a la mitad el número
de inmigrantes que acogemos, es decir, pasar de 180.000 a alrededor de
100.000", sugirió en el canal de televisión France 2.
Sarkozy ha convertido la
inmigración es uno de los principales temas de la campaña electoral francesa.
Los analistas señalan que con este discurso el líder galo trata de captar votos
del partido de extremaderecha, el Frente Nacional.
"Nuestro sistema de
integración funciona de mal en peor, porque tenemos demasiados extranjeros en
nuestro territorio, ya no podemos encontrarles vivienda, empleo, escuela",
dijo Sarkozy.
Las reacciones no se han hecho
esperar. El candidato socialista francés a las presidenciales, François
Hollande, ha criticado la promesa de su rival de reducir a la mitad la entrada
de inmigrantes.
Hollande, en una entrevista
con una emisora de radio, señaló que de los 180.000 inmigrantes legales que van
a vivir a Francia cada año la mitad son estudiantes y dice que Francia los
necesita para empleos cualificados que hagan la economía más competitiva.
El líder socialista, que
prometió suprimir un decreto del actual ministro del Interior, Claude Guéant,
que endurece las condiciones para que los estudiantes extranjeros puedan seguir
en Francia al acabar su formación para buscar trabajo, también cargó contra la
intención de Sarkozy de dificultar la entrada de extranjeros que se hayan
casado con franceses.
Otra de las voces críticas
contra la política de inmigración del inquilino del Elíseo es el diputado verde
francés Daniel Cohn-Bendit, que cree que Sarkozy ha llegado
"demasiado" lejos con sus declaraciones.
"Es escalofriante si gana
las elecciones", dijo el parlamentario ecologista. "Lo que hizo ayer
por la noche, es humillante para millones de personas",.
Cohn-Bendit advierte que
"es peligroso" lanzar esos mensajes en tiempos de crisis. "La
gente está ansiosa y va en busca de chivos expiatorio. Un presidente
responsable no tiene derecho a decir que hay demasiadas personas",
concluyó.
Endurecer las condiciones
Además, Sarkozy ha anuncido
que endurecerá las condiciones para que los extranjeros puedan cobrar ayudas
sociales, en concreto las pensiones no contributivas y el RSA, un subsidio
mínimo concedido a condición de buscar un empleo.
Los inmigrantes tendrán que
llevar al menos 10 años de residencia en Francia para poder beneficiarse de
esos dispositivos, frente a los cinco actuales.
"Se beneficiará de los
ingresos de la solidaridad y de pensiones mínimas los inmigrantes que hayan
residido 10 años en Francia y que hayan trabajado durante cinco años",
dijo el candidato.
Fuente: Diario El Mundo
(digital) 7 de Marzo de 2012
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